EQUIVOCACIÓN
Hoy nos encontramos caminando por Ahumada. Te acercaste, dijiste Alberto hermano mío y me abrazaste.
Mientras almorzábamos propusiste, un tanto ansioso, que dejáramos atrás el pasado. Hablaste de la muerte de mamá e insististe que solo nos teníamos el uno al otro.
Hablaste de Bautista, tu hijo de 8 meses. Hablaste de tus sueños y de tus miedos.
Volviste a mencionar los errores pasados.
En la despedida, me abrazaste nuevamente y con ternura dijiste “mi hermanito chico”,
Mientras me alejaba pensaba que cuando te vea nuevamente te aclararé que soy hijo único.
Vicente Rey
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