domingo, 20 de diciembre de 2009

HEROES URBANOS Monseñor Romero: "Hermanos, son de nuestro mismo pueblo"

A lo largo de la historia, la libertad de los hombres, un derecho con el que se nace de la cuna ha intentado ser subyugado por los tiranos quienes no han trepidado en poner a los hombres en contra de sus propios hermanos. Estos crímenes muchas veces han contado con el beneplácito de las fuerzas armadas, quienes no han dudado en tratar a su propio pueblo como si fuera un enemigo. Nada justifica cometer atrocidades en contra de otro ser humano y así lo ha demostrado la historia.
Pero siempre en contra de esa maldad, surgen hombres valientes, que con la grandeza de su corazón y la fuerza de su voz emergen para enfrentarse y denunciar estos abusos.
Uno de esos HEROES URBANOS fue Monseñor Romero, quien fue un sacerdote católico salvadoreño, cuarto arzobispo metropolitano de San Salvador. Se volvió célebre por su predicación en defensa de los derechos humanos y murió asesinado en el ejercicio de su ministerio pastoral. Como arzobispo, denunció en sus homilías dominicales numerosas violaciones de los derechos humanos y manifestó públicamente su solidaridad hacia las víctimas de la violencia política de su país.
En la Homilia del "domingo de palmas" 1980, en la catedral, monseñor Romero pronuncio una Homilia de fuego: había hecho un llamado a los soldados a rehusarse a obedecer una orden que les imponiese de asesinar a sus hermanos campesinos indefensos...
El día siguiente, a las 18:30, caía asesinado por un franco tirador, hasta hoy ideadores y ejecutores han quedado impunes

Su asesinato provocó la protesta internacional en demanda del respeto a los derechos humanos en El Salvador.

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